
Una mujer o la luna, una copa de vino o hasta tus labios, pueden hacerse razones más que suficientes para hacer correr la tinta como si de la sangre de un corazón roto se tratase.
Soy feliz por el tiempo vivido y el que queda por vivir, que mucho o poco me pertenece y hago con el lo que pueda, ojalá algún día lo que quiera. El de los rizos y sus preguntas me vitalizan y me hacen amar y su silueta aún me atrae. Soy un amador, tengo razones para serlo.
Aunque tener razón no es lo mismo que tener una razón. Por eso escribo, por lo maravilloso de mi idioma y de las hermosas formas en las que con el podemos equivocarnos clavando como daga una idea.
Tu energía flota en mi espacio y a veces la respiro. Quizás sea mi aliento esa brisa que acaricia tu melena cuando de ti me alejo, como ahora.
Cambio y fuera.
1 comentario:
Razones siempre habran para amar, para sentir, para vivir... tienes mas que la razon en lo que dices y con la esencia de tu ser tan pura como al nacer .. te faltara vida para agradecer lo que tiene Dios para usted.
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