Una noche senti que volaba_

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Eres dueño de tus pensamientos, hasta el momento en el que tus ojos se cierran para conciliar el sueño, las abstracciones se toman el día libre y vuelan por los surcos mas recónditos de lo inimaginable… (Historias)…

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Hace algunas noches, al cerrar mis ojos, sentí que mis pesares se aliviaban y que mi espíritu salía fuera de mi en busca de respuestas a estas, mis tantas cuestiones… sentí que volaba…

Durante mi vuelo, se acercaron a mi vera varias ánimas amorfas, deslumbrantes, y me informaron que mis respuestas estaban fuera de este mundo, específicamente en la luna…

Ciegamente confié en estas ánimas y dirigí mis intenciones hacia el lugar indicado.

A través de mi viaje, observe mi alrededor desde una perspectiva diferente, veía personas conocidas, pero estas no me divisaban, les hablaba y hasta les gritaba, pero no me escuchaban. Quise aterrizar mi vuelo, tocar tierra, pero una energía ajena a mi no me lo permitía, sin poder explicarme yo porque… decidí continuar mi viaje, quería respuestas.

Y por fin, alcance a ver en lo lejos mi destino, la luna, tan bella, tan radiante como siempre hurtaba mi mirada, entonces agilice mi vuelo.

Al fin llegue, pero hasta ese momento no me había percatado de que no podía observarme, ni sentirme, solo un frió misterioso pero soportable me invadía.

Angustiado, enterado de mi estado, comencé a lidiar con el medio que me rodeaba; la bruma dificultaba la visión, el olor era endémico de un espacio extraterrestre, el suelo lo percibía tal playa, arenoso, pero sin huella alguna, en dirección sur se alcanzaba a ver una luz de forma ovalada y de una brillantez enorme, me seguí trasladando en dirección a la luz al tiempo que voltee sobre mis hombros y vi una gran esfera de color azul.

La bruma fue desapareciendo, al instante que miles, quizás millones de energías iguales a las que me informaron de mis destino aparecieron enfrente de mi. Mi angustia muto en un asombro abismal y mis cuestiones se multiplicaron.

Tal cazador furtivo fui en busca de mi presa, respuestas, seguí mi trayecto hasta que al fin, llegue a un lugar adornado con un enorme letrero el cual decía: “Respuestas”. La alegría me evadió, pero duro poco… la fila era inmensamente larga, se tornaba fatídico el solo hecho de ser el último en la cola. Me desilusione y acongojado partí de regreso.

Abrí los ojos, recostado sobre mi cama divise mi espacio… el resplandor de la luna, lejana en el cielo y adornada por las estrellas, coalicionaba con mi cara…